Por Rocío Valenzuela
Durante el desarrollo de su exposición, el autor quien también ejerce de docente en la Universidad de las Américas y en la Universidad San Sebastian- aclaró que, si bien, su investigación no debe ser vista como una apología de la fe judeocristiana, supone un aporte a la comunidad cristiana, en general. Rodríguez, en este sentido, comenta que “hay que estudiar, porque muchas veces, los que están a cargo de comunidades religiosas llevan a cabo sus labores, pero con una postura que para esta época es obsoleta”. Y acota, a propósito de los problemas actuales, que “hoy se cometen muchas cosas, sobre todo en temas sociales, tales como el aborto o la homosexualidad”.
Su obra, como ya se adelantó, versa sobre cómo ciertos elementos de las corrientes griegas se fusionaron con los cristianismos del siglo primero y aquellos que le sucedían. El interés del docente por esta relación entre historia y cristianismo nació cuando él estudiaba Filosofía en la Universidad de Concepción; en ese momento, señala, que conoció autores tanto creyentes como no creyentes. Sobre esta línea, es enfático en explicar que “no se contradicen en nada las teorías científicas con lo que está en las Escrituras”. Rodríguez ejemplifica, además, el caso del Big Bang en relación con la Biblia, indicando que son teorías que dialogan, de cierta forma.
El texto, que se publicó bajo el sello extranjero Editorial Académica Española, ya se encuentra disponible en bibliotecas.